17 agosto 2010


DE TU VIENTRE


Tu vientre desaparece
con ese último aliento de hotel y espuma,
muchas esperas atadas
a los instantes de quererse y arrobarse
en pequeñas horas ajenas
entre ese límite de la maldad y el sueño.
Desaparecemos y otra vez afuera
la multitud es un mar de ojos perdidos en soledad,
es quizás la natural arrogancia
de violetas silvestres en las manos.
¿Durante qué primavera nos conocimos?
¿Fue la de la lluvia,
o la de la desaparición de tu vientre?
¿En que vulgar rincón dijimos necedades
y palabras de las que pronto nos arrepentiríamos?
La lluvia es lluvia me dijiste entre humedades,
yo solamente te miré a los ojos fríos y callé.

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