03 agosto 2010

MICRORRELATO

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Un prestigioso periodista de Inglaterra divulgó, por radio y en su columna dominical del diario con mayor tirada, una cadena de investigaciones sobre el pensamiento de los ciudadanos sobre el sexo virtual y sobre las perversiones referidas al mismo tema. Lo inusual fue que las opiniones estaban acompañadas de las fotos de cada encuestado. Esto significó la indignación de las personas afectadas que pidieron un resarcimiento por haber sido engañados vilmente. El más encolerizado resultó ser un ex consejero de facultad que presentó una demanda inculpando al periodista de “originar acontecimientos miserables y delictivos”. El periodista negó las acusaciones y solamente organizó un concurso de frases ingeniosas con juguetes sexuales como premios en base a las respuestas de las encuestas.
Todos quisieron ganar los premios y pronto el incidente quedó como una anécdota.

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