EN EL JARDIN DE LA POESIA

13 octubre 2009



Una fresca mañana de abril de 1821, nace Charles Pierre Baudelaire en París, Francia. Hijo de un sacerdote que habiendo abandonado los hábitos durante la revolución, luego se negó a retomarlos, pero que sólo sobrevivió al pequeño, seis años. Esto generará en la precoz mente de Charles una profunda crisis que será tema recurrente en su obra posterior.
Una obra creada a partir de las peculiares características de su personalidad.
Contradictorio, retraído, ácido en los comentarios, dueño de una imaginación llevada hasta el límite, el “poeta Maldito “por excelencia buscó amalgamar la pasión del amor con su visión amarga y dolorosa de la vida, tanto que lo llevó a decir “sería interesante ser víctima y verdugo a la vez”.
Sus trabajos se desarrollaron en múltiples facetas (poesía en verso y en prosa, traducción, crítica, ensayo, estudios de arte), en los que su talento se movió de manera notable.
En 1845 publica la crítica de arte “Salón de 1845” y el soneto “A una dama criolla”, pero recién diez años después en una revista literaria de la época aparecen 18 poesías con el título de “Las Flores del Mal”, lo que le acarrearía el prestigio por su forma desgarrada poética aunque conjuntamente el escándalo al ser acusado de inmoral y de atentar con las buenas costumbres. Es llevado a proceso penal, sentenciándolo el tribunal a pagar una fuerte multa y la prohibición de editar seis de esos poemas a futuro.
En 1856 traduce los cuentos de un escritor de Baltimore, Edgar Allan Poe. Un año más tarde publica una segunda compilación de este autor, logrando cautivar a miles de lectores del gran Poe.
Se editan entre 1859 y 1861 varias críticas de arte, poemas en prosa, poesías y artículos que muestran el maravilloso fluir creativo de Baudelaire.
1864 es el año en el que recibe la gran admiración de la nueva generación de poetas franceses, entre quienes figuran Rimbaud, Mallarmé y Verlaine, pero su salud mental se deteriora paso a paso hasta que a los 46 años de edad muere en una clínica de su ciudad natal.
Admirado luego por poetas de todas partes del mundo, su poesía es el conocimiento de lo perverso que se esconde detrás de la naturaleza, de la afirmación de una melancolía engendrada por la necesidad de un ideal y de una aspiración en trascender mediante la palabra.
Desde “Las Flores del Mal” recogemos el siguiente fragmento.

...“y el sol, que fluía soberbio por la tarde,
y desde le vidrio en el que su haz se estrellaba
parecía un gran ojo que abría, curioso
el cielo
para espiar nuestras cenas largas y calladas,
mientras tendía generoso sus hermosos
reflejos de cirio
por el mantel frugal y las cortinas
de sarga”...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!!! bueno finalmente pude leer los posts de este blog y la verdad te felicito,,,muy pero muy interesante. Que increíble, siempre adore a Poe pero ignoraba que estuviera tan ligado a Baudelaire. De este último, sólo compre un libro una vez en la feria del libro y me encanto. Espero más publicaciones pronto y a ver cuando algo propio!!! Saludos.