16 julio 2010


Un libro en tu pequeña mano


“El sabio cuida principalmente de su raíz” Confucio

Muchos escritores y estudiosos de la educación afirman, que la lectura en los primeros años de la vida, puede llegar a encaminar la capacidad y voluntad hacia determinadas y marcadas decisiones de los años por venir.
El argentino Ricardo Güiraldes decía, que cada vez que salía de una librería, llevaba adheridas a su espalda un par de alas, esas alas eran, las que posibilitaban remontar vuelo para conquistar el cielo y adentrarse en un viaje imaginario.
Y que otra que la literatura, para viajar sobre simples signos, impresos en la magia blanca de la página. Allí dónde no importa el estado del clima, ni hacer la reservación en el hotel, ni tampoco el costo de la travesía, sólo el juego narrativo de la genialidad de un escritor.
No es necesario que llegue a la pasión borgeana por la literatura, tan avivada por su madre, pero sí fomentar el deseo de la lectura temprana.
El vínculo emocional, intelectual y lúdico que se desarrolla en el pequeño universo del niño a partir del libro debe ser estimulado por los padres, logrando una interacción sobre la base de diversos métodos.
Es prioridad el mostrar la afición de los padres por la lectura, a modo de espejo natural (por imitación), que delinee su conducta formativa.
Además procurar la importancia del libro físico, es decir el valor como parte del ambiente, no dejar aislada la ubicación de ese material único de entretenimiento y consulta cognoscitiva.
El libro de ese modo, desde su silencio, será como la Piedra de Roseta, capaz de impulsar la curiosidad de descifrar todo lo nuevo que llega a su vida.
La lectura como rincón de pensamiento, inventor de infinitas facilidades para el
despliegue de las aptitudes creativas; acaso resulten exactas las palabras del francés Jean Piaget “seguir siendo niño hasta el final, porque la infancia es la fase creadora por excelencia”.
Quizás la televisión ( y esto no es puro macartismo), al prevalecer ante el libro, como así todos los medios audiovisuales, hayan disminuido una parte fundamental del libre pensamiento: la imaginación. La imaginación como lugar de incertidumbre y originalidad en el microcosmos del niño.
Y ya que preconizamos esa instancia vital de la mente, cómo no imaginar un mundo en dónde los libros se regalasen y la cultura fuese, no un refugio para pocos, sino, un suelo fértil para muchos.

“educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres” Pitágoras

3 comentarios:

Karelin dijo...

Me parece extraordinario el mundo de la lectura =) es como si el escritor pusiera parte de sus experiencias y su alma para formar parte de ti, como si ese mundo fuese interminable, bastando sólo poder abrir un libro e iniciar con la aventura.
Me gustó mucho este punto "Allí dónde no importa el estado del clima, ni hacer la reservación en el hotel, ni tampoco el costo de la travesía, sólo el juego narrativo de la genialidad de un escritor" es más que cierto.

La lectura para niños me parece indispensable, es una lástima que hoy en día sean más educados por la televisión que por la sabiduría de un libro.

GERARD dijo...

EN PRIMER LUGAR GRACIAS POR TU PRESENCIA EN MI BLOG, EN SEGUNDO LUGAR COMPARTO TU OPINION Y ME ENORGULLECE QUE TE SUMES A MI SENCILLO BLOG. POR FAVOR CUANDO TENGAS UNA SUGERENCIA LA HAGAS, SERA DE ENORME AYUDA.
TE MANDO UN SALUDO GRANDE Y ESPERO PODER COMPARTIR MAS LECTURAS Y COMENTARIOS.
JULIANO

Makeka Barría dijo...

Gracias, Juliano por tu visita y eres bienvenido cuando quieras.
Me gustó mucho tu blog y su temática, bastante atrayente y entretenido.
Voy a enlazar tu blog al mío.....
Saludos desde el frío sur de Chile.